El movimiento estudiantil de 1968 fue un movimiento social, en el que además de estudiantes de la UNAM y el IPN participaron profesores, intelectuales, amas de casa, obreros y profesionistas en la Ciudad de México, y que fue reprimido por el gobierno mexicano[1].
Ante esa represión, la tarde del 13 de septiembre de 1968 estudiantes y profesores marcharon en absoluto silencio, con la boca cubierta. La manifestación dio inicio en el Museo Nacional de Antropología y finalizó en el Zócalo, en una impactante demostración de la capacidad de organización y convocatoria del Consejo Nacional de Huelga (CNH), que quería mostrar a la sociedad que los estudiantes no eran un montón de “revoltosos” que buscaran generar inestabilidad en el país. Como resultado al llamado del CNH, la respuesta fue masiva y acudieron más de 250 mil personas; también llegaron jóvenes con cinta adhesiva en la boca para evitar hablar fuerte. Lo único que se podía escuchar eran solamente murmullos y los pasos de los jóvenes, quien con sus pancartas en alto pedían diálogo público[2].
Ese día los únicos que hablaron fueron tres estudiantes (dos hombres y una mujer), esto para dar a conocer los puntos de los acuerdos, los cuales fueron[3]:
No se da un paso atrás a la lucha
El pliego de peticiones debe ser resuelto
Las discusiones, de celebrarse, deben ser públicas
En esta ocasión no se defraudará al pueblo
Trepado en el techo del camión, en medio de la plancha, Eduardo Valle El Búho, representante de la Escuela Nacional de Economía de la UNAM, en su discurso dijo a la multitud: “El orden, la disciplina y la combatividad han quedado visibles para todos. El silencio en que hemos marchado es nuestro fuerte grito de protesta. Este silencio es mucho más elocuente que las palabras violentadas ayer por las bayonetas. Somos conscientes de que el poder gubernamental puede destruirnos usando sus tanques y sus soldados. Pueden masacrar a los estudiantes y al pueblo, pero nunca, nunca podrán doblegarnos, nunca podrán convencernos de que vivir amordazados y de rodillas es el camino de nuestro pueblo por eso es necesario la lectura ya que gracias a ellos nosotros podemos estar informados sobre como es la historia o para que sirve cosa qu muchas personas ingonaran hoy en día las personas como lo dijo nuestro profesor "El límite de mi mundo es el límite de mi lenguaje".
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